viernes, 3 de marzo de 2017

Investigando Danzo 2

Reseña investigando Danzo 2
Las nuevas tecnologías han permito una trasformación radical de las diferentes puestas en escena, tanto en el teatro, ópera y la danza, donde incluso el video arte a dado un paso gigantesco mas allá de las técnicas del video mapping, en donde se planteo no utilizar piezas de escenografía  en el escenario.
Aun así las nuevas tecnologías no deberían sustituir todo aquello que es parte principal de expresión, parte principal de expresión, que es el cuerpo.
La video danza es un subgénero que se deriva e la unión de la tecnología y el baile. Se desarrolla  o se ejecuta en un espacio propio, con todos los requisitos técnicos debe tener una película tradicional, es decir debe contar con locación, direcciones de arte, fotografía, vestuario, iluminación actoral, música, original, guion, producción . Se puede decir que más bien es un género del campo de las artes visuales, pero desligada de la danza la haría carecer de su concepción. Todo esto tiene que ser fusionado para que conlleven a la lista de elementos que definan de forma imple y clara el concepto de video danza.
Es importante la relación con el cuerpo y todas estas actividades no permitirán enriquecer un poco más la danza en  y la investigación de la relación del cómo y de ¿por qué? surge o se ejecuta.

Los temas son de gran interés y nos motiva a seguir por experimentación de los temas de interés y a su vez conectarlos con la tecnología.

lunes, 27 de febrero de 2017

Festival del movimiento XXV

Viernes: prof  Eric Urriola presenta una clase sobre el Inicio del jamming; Improvisación en cuerpo presente, bailar  es  estimulante. 


Los Jams son espacios de encuentro entre bailarines de Contact. Son reuniones NO dirigidas donde concurren los bailarines más y menos experimentados para pasar un momento de entrenamiento, intercambio e investigación. No son clases, ni pretenden serlo. Solo son espacios abiertos para todo público . 

El término “jam” fue tomado de los encuentros de improvisaciones de los músicos de jazz, las Jams Sessions. Esta palabra, JAM, se forma por las siglas de Jazz After Midnight. (Jazz después de la medianoche)

La danza es un mecanismo sumamente complejo que estimula varias áreas del cerebro como la coordinación y la memoria. En la danza, se abarca el aspecto emotivo, sensorial y motor, y por lo tanto, puede aportar numerosos beneficios no solo físicos pero también mentales.




Sábado: 1era función                       
interpretaciones de:   
 Performance Elio ; director Artístico Piso- rojo

Venezuela Baila

Grupo de Argentina: Guitarra, repetición


Domingo 31: Ballet                                                                           

Danza tradicional la burriquita: Es una fiesta típica de navidad y carnaval. En la representación, una persona se disfraza con un armazón de madera, imitando a una burrita. Se viste de mujer, colocándose una falda ancha de alegres colores, una blusa generalmente blanca y un sombrero grande de cogollo.
Cuando el baile comienza, el personaje hace de jinete y baila al compás de la música, hace diversas piruetas, e imita los sonidos propios del animal. Luego, se dedica a pasear por las calles de San Juan recorriendo las casas de los lugareños, y propiciando momentos de jolgorio a cambio de una copa de aguardiente. El sonido de las maracas, el violín, el cuatro y los tambores anuncian su llegada a las calles guariqueñas.
Resultado de imagen para la burriquita
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Contemporáneo: Anny Gutierrez

La danza contemporánea: Surge como una reacción a las formas en las que tenemos llamadas como clásicas y probablemente como todas nuestras necesidades de expresarse más libremente con el cuerpo, una de las reglas en la danza contemporánea, es, que siempre tenga bailes y rutinas incluidas, en todas las ocasiones debe contar una historia, y va a ser obligatorio el uso de piezas musicales. 

Martes 22 Nov

Ana Reyes (Pneuma).
esta pieza deriva de  distintos aspectos básicos de la técnica del cuerpo II “tai-chí”, la cual fue propuesta final de la materia, con algunas nociones de danza tradicional, uniendo las dos técnicas para crear una pieza artística única, fresca y dinámica. Es una pieza totalmente coreográfica previamente laboratorizada. Utilizo una música diseñada especialmente para la pieza, donde utilizo distintos sonidos percutidos y sonidos artificiales. Su vestuario fue óptimo para la propuesta, utilizando el color blanco, el cual tiene gran significado en el tai-chí. Sobre el tiempo y el espacio  puedo decir que fue una pieza bien lograda en cuento a estos dos ítems, donde puedo reiterar el dinamismo en lo largo de la coreografía y un espacio adecuado para los desplazamientos y el uso de luces, el cual dio una percepción interesante con respecto al cuerpo y su sombra.

Ray Mendoza.
Es una pieza contemporánea, donde el interprete utiliza una silla en medio de su coreografía, con la que interactúa y forma parte fundamental para el inicio y el final de la misma, su propuesta sonora esta basada en el genero pop, interpretando el tema de la canción, logro un buen uso del espacio, utilizando mayormente las diagonales en sus desplazamientos, las luces cumplieron un rol secundario en la escena.

Emi-li Delgado y Jaime Contreras (Verde y Madera).
Dentro de la primera escena se muestra dos mujeres, una en la diagonal arriba derecha, quien con un vestuario alusivo a las mujeres del campo, canta una canción de un modo triste, como un llanto, mientras que la segunda interprete se encuentra con el torso desnudo y una falda larga, dentro de una tela transparente, la cual utiliza para dar la sensación de una corporeidad sin forma, dentro de ella. En la segunda escena la primera interprete se retira del escenario luego de haber cantado y la segunda interprete, se coloca una licra en el torso, sale de la tela transparente y empieza a realizar un baile con un palo de madera, el cual utiliza para dar toques en el piso, realizando movimientos principalmente con sus pies, con la técnica de danza tradicional, específicamente joropo. Se utiliza la mitad del escenario y fue una propuesta coreográfica corta con una iluminación básica, es una pieza netamente coreográfica, estrechamente relacionada con la danza tradicional.

UNEARTE Mérida (Ejercicio técnica de la danza contemporánea IV).
Fue una pieza interactiva, dinámica y de cierta forma divertida para el espectador, donde se entendió muy bien que era una pieza mitad coreográfica y mitad improvisación desde el ejercicio de la técnica de la danza contemporánea IV. su propuesta musical fue bastante interesante y algo no tan común, usando una música venezolana, arreglada con sonido tecno. El espacio fue bien utilizado por los 6 interpretes y su iluminación fue muy básica.

Taller Experimental de Danza Contemporánea Pisorrojo.
Es una pieza un tanto abrumadora por sus aspectos compositivos visuales, presentando a un interprete masculino, con una mascara blanca en su rostro, donde su cuerpo esta totalmente cubierto de talco y utiliza una falda larga y abierta color blanco, como primera escena se muestra el interprete creando espirales para cada lado en el mismo lugar, haciendo alusión a un cuerpo que puede doblarse en forma de espiral cuantas veces se pueda hasta su limite, de ahí vuelve a desdoblarse y girar hacia el otro lado, pasa una cantidad de tiempo importante en este primer momento, donde sus brazos, el movimiento de la falda y el talco que salía de su cuerpo por el movimiento, formaron la esfera envolvente de esa primera y larga escena. En la segunda escena, el intérprete empieza a desplazarse desde el fondo en forma lineal hasta el proscenio donde la cualidad del movimiento varia con respecto a la música, creando momentos exactos de una sensación envolvente con respecto al uso de luces y la función artística y expresiva del talco esparciéndose por el aire alrededor del interprete. La música juega parte fundamental en el tema sombrío de la pieza un tanto escalofriante por el uso de la mascara y la forma física que se crea con la falda, utilizándose música instrumental y tecno, creando en conjunto una propuesta musical interesante y acorde a la pieza.

Taller Experimental de Danza Contemporánea Pisorrojo.
Es una pieza un tanto abrumadora por sus aspectos compositivos visuales, presentando a un interprete masculino, con una mascara blanca en su rostro, donde su cuerpo esta totalmente cubierto de talco y utiliza una falda larga y abierta color blanco, como primera escena se muestra el interprete creando espirales para cada lado en el mismo lugar, haciendo alusión a un cuerpo que puede doblarse en forma de espiral cuantas veces se pueda hasta su limite, de ahí vuelve a desdoblarse y girar hacia el otro lado, pasa una cantidad de tiempo importante en este primer momento, donde sus brazos, el movimiento de la falda y el talco que salía de su cuerpo por el movimiento, formaron la esfera envolvente de esa primera y larga escena. En la segunda escena, el intérprete empieza a desplazarse desde el fondo en forma lineal hasta el proscenio donde la cualidad del movimiento varia con respecto a la música, creando momentos exactos de una sensación envolvente con respecto al uso de luces y la función artística y expresiva del talco esparciéndose por el aire alrededor del interprete. La música juega parte fundamental en el tema sombrío de la pieza un tanto escalofriante por el uso de la mascara y la forma física que se crea con la falda, utilizándose música instrumental y tecno, creando en conjunto una propuesta musical interesante y acorde a la pieza.

Miércoles 23 Nov

Grupo de Investigación arte, formatividad y evento. (Grazia).
De esta pieza lo que más me agrada es la noción de improvisación de parte de los intérpretes y del pianista, bajo ciertas pautas de cualidad y ritmo, en donde existía una constante comunicación entre intérprete y músico. Su creación es dada del constante laboratorizar, una pieza que viene de lo más profundo de los dos intérpretes, en tiempo y espacio fue una pieza bien realizada, aunque es una propuesta que puede amoldarse a distintos lugares, el uso de la luz, en algunos momentos fue interesante, por la cuestión de la sombra y el contraste creado en el cuerpo del interprete en sus distintos momentos.

Denis Morales.
Una propuesta muy personal que al mismo tiempo se vuelve abstracta para el espectador, el uso de instrumentos sonoros, la silla, el cuento y su mismo cantar, puede verse como un estado cotidiano de la intérprete o un componente de sus más prestigiados recuerdos, su voz era su música, en tiempo y espacio, puede que sintetizándolo llegue un poco mas al publico y no aburra, el espacio fue bien utilizado y organizo en cuanto a la distribución espacial de los elementos que componían la escena, la luz no tuvo gran participación en la pieza.

Raquel Ramos.
Pieza baile contemporánea, con uso de tecnología visual, creando una interacción entre el cuerpo del intérprete y el cuerpo creado y mostrado en el fondo del escenario. Es una pieza totalmente coreográfica donde tuvo que cuadrarse no solo la distribución espacial sino el tiempo y movimientos específicos que van a crear la ilusión de interacción entre interprete y holograma, las luces y la paleta de colores que predomino en la escena fue el rojo, negro, azul y blanco. Con respecto al tiempo y el espacio, es una pieza que cuenta una historia y muy bien estructurada ya que tenía el gran reto de la interacción tecnológica-física bien marcada.

Nelson Rivero.
Una pieza simple visualmente, pero con un contenido significativo por sus movimientos, el significado de sus acciones y su vestimenta, mas la carga visual y física en el escenario como son las bolsas que caen en el escenario a medida que va transcurriendo la obra, fue una pieza mas que danzada, interpretada y expresiva de algún momento en el tiempo en el que el sufrimiento y la tristeza han predominado, el uso de la luz fue simple, realizo desplazamiento diagonal de derecha fondo a izquierda proscenio hasta que termino la pieza, duro poco tiempo, pero lo suficiente para el peso visual e informativo que transmitía la escena.

Taller Experimental de Danza Contemporánea Pisorrojo.
Contando con tres interpretes, dos hombres y una mujer. Es una coreografía contemporánea que alusión a una historia, donde van pasando por distintos momentos en la escena, es una coreografía técnicamente simple pero con gran peso visual, por su vestuario, sus canciones, y la forma en la que la pieza fue montada. Total uso del espacio, con una iluminación simple.

Jueves 24 Nov

Sobrepiedi.
Homenaje para Armando Reverón, fue un performance entre acrotela y danza contemporánea, una pieza muy colorida e interactiva, tuvo procesos coreográficos como también de improvisación, su música fue muy bien escogida y a su vez reconstruida para la pieza con algunos cabios con respecto al estilo de música, basándose también en música tecno, su distribución en el espacio fue completa, poca utilización de luz o cambios de luz, mas su duración fue muy largo en algunos momentos, cualidad del movimiento ninguno prediseñado, solo pautas coreográficas.

Laboratorio de Danza UNEARTE Mérida (Oír la vertiente).
Personalmente la mejor pieza que vi. Una coreografía contemporánea con componentes acrobáticos, realizada por dos interpretes femeninas, con una técnica limpia y muy bien realizada, a su vez una mujer que leía una historia, la cual las interpretes iban representando, la música fue instrumental acorde a la historia que se narraba, total uso del espacio y muy bien estructurado, la iluminación fue parte fundamental de la pieza y un tiempo estipulado de 15 a 20min suficientes para contar la historia sin aburrir y a su vez llevando el mensaje eficientemente.

Danzarines (Devociones).
La pieza con mas interpretes que vi, donde participaron bailarines invitados, mas la agrupación danzarines, es una pieza religiosa, haciendo alusión a fechas especiales de la religión católica, como la paradura, el nacimiento del niño Dios, también se muestra la muerte y como es su celebración cultural religiosa, una pieza contemporánea y dinámica, utilizaron músicos en vivo para sus cantos y el canto en los interpretes, total uso del espacio y buen uso del tiempo.

Viernes 25 Nov

“Hacia Una Danza Propia” reflexiones sobre organización, definición y valoración para la construcción de la danza contemporánea.
Se creo un espacio para sacar a relucir las distintas problemáticas que hoy día existen con la danza y la historia de la danza en Venezuela, como nos hemos apropiado o no de ella y de que forma la estamos llevando a cabo para un futuro prometedor de nuevas vanguardias pero hacia una danza propia al fin. Algunas de estas interrogantes son: ¿Qué es contemporáneo? ¿hasta donde llega la danza en forma expresiva? ¿Dónde esta el lector de la danza? Entre otras que van dando pie a la forma de pensamiento artístico y trascendental de los estudiantes y profesores de danza de hoy día. Cuan importante es crear y dejar referencias escritas de nuestros trabajos. Nosotros somos los que debemos crear y actualizar la historia de la danza en Venezuela. Dicotomía entre quien piensa la danza y quien hace danza. La importancia de Mérida como la segunda gran sede de formación de danza en Venezuela y como explotar su potencial artístico. La narratividad como característica de lo contemporáneo y el conflicto que se crea con el termino de “danza contemporánea” y sus distintos significados




domingo, 26 de febrero de 2017

GRANDES ARTISTAS DE LA DANZA DE LOS ÚLTIMOS 200 AÑOS. Y Parte IV

Alwin Nikolais, el padre de la danza multimedia

(1910-1993)



Diseñador, compositor, coreógrafo y bailarín estadounidense. Fue uno de los coreógrafos más innovadores de la danza moderna. A partir de los años 40, este coreógrafo norteamericano empezó a crear obras abstractas que ofrecían una experiencia completamente teatral de la danza. En las obras de Nikolais el movimiento que expresan los bailarines tiene igual importancia que la escenografía, la utilería, el sonido y la iluminación.
El resultado es una danza multimedia donde los bailarines están íntimamente integrados al ambiente. A diferencia de otros grandes bailarines y coreógrafos de la danza moderna, Alwin Nikolais no estaba interesado en la exploración del yo ni en contar historias. Sus obras enfatizaban el movimiento en sí, la forma, las imágenes, el espacio y el tiempo no lineal.

Sus inicios en el mundo de la danza, la música y el teatro

Cuando era niño Nikolais aprendió a tocar el piano. En su juventud estudió composición musical, actuación, el arte de las marionetas y escenografía.
Su primer trabajo artístico fue de organista en el cine mudo.
Se interés por la danza se despertó cuando acudió a una presentación de Mary Wigman, la creadora de la danza expresionista alemana. Empezó a estudiar danza con Truda Kaschmann (que había sido estudiante de Wigman) en 1935.
Después de servir en la Segunda Guerra Mundial, Nikolais estudió danza con Hanya Holm y se convirtió en su asistente. Nikolais también estudió danza en Bennington College con otros grandes maestros de la danza moderna, tales como Martha Graham, Doris Humphrey, Charles Weidman y Louis Horst.
En 1948 Nikolais se asoció al Henry Street Settlement en la ciudad de Nueva York, donde fundó una escuela de danza y una compañía de danza-teatro, que eventualmente se llamó la Nikolais Dance Theatre. Fue en este espacio que Nikolais empezó a desarrollar sus obras abstractas de danza multimedia.

Su danza abstracta y visión artística

La obra artística de Alwin Nikolais se distingue por la experimentación e investigación constante de la danza dentro de un contexto teatral. Nikolais no se basó en las técnicas y lenguajes que desarrollaron la primera y segunda generación de bailarines de la danza moderna. En vez, se enfocó en desarrollar su propio lenguaje de danza basado en el concepto de “descentralización”.
La descentralización para Nikolais consistía en despersonalizar a los bailarines fundiéndose con el ambiente entero de la obra. En sus obras los bailarines pierden su identidad individual. Se convierten en un elemento teatral que, junto otros elementos teatrales como el vestuario, el diseño, la iluminación, el sonido, la escenografía y la utilería, comunican un significado abstracto.
En sus obras Nikolais no enfatiza la expresión personal del bailarín, si no el efecto total de la obra. El punto de atención es la acción colectiva del cuerpo de bailarines. Los bailarines a menudo pierden su forma humana mediante movimientos que se deforman con el uso de vestuarios, diapositivas e iluminación.
Nikolais no estaba interesado en contar historias ni en expresar emociones. Su interés era la investigación de las propiedades del espacio físico y de los principios del movimiento.
Nikolais es un pionero en el uso de la música electrónica como elemento de la danza. En la mayoría de sus obras Nikolais componía la música, creando composiciones de sonido que no respondían a un compás.


Nikolais también se distinguió en el mundo de la danza moderna por su genial uso de la luminotécnica. En sus obras Nikolas incorporaba luces y proyecciones de imágenes en todas las direcciones y niveles del escenario, creando nuevas formas, siluetas y espacios.

El legado de Alwin Nikolais

Nikolais pasó a la historia de la danza moderna como uno de los grandes genios de la danza multimedia o teatro multimedia. Es considerado un mago de las artes teatrales.
Su obra alcanzó fama y reconocimiento alrededor del mundo, especialmente en Francia. De su larga colaboración con el coreógrafo y bailarín, Murray Louis, surgió una técnica de danza que hoy en día se estudia en universidades a nivel mundial. Actualmente existe una fundación que se encarga de conservar y divulgar las coreografías y la técnica de de Nikolais y Louis, llamada la Nikolais/Louis Foundation for Dance, Inc.

Es exasperante y a la vez maravilloso que Alwin Nikolais crea que todo lo que imagina es perfectamente posible. Es exasperante ya que impulsa a todos –sobre todo a sí mismo– a la máxima sensibilidad, al más profundo saber hacer, al mayor y más ambicioso de los esfuerzos. Y es maravilloso porque cada uno de estos impulsos están justificados una y otra vez. Se interesa por diseño escénico, el teatro de títeres y muy especialmente por la composición musical.  Sus movimientos eran libres y espontáneos, proponiendo nuevas formas de moverse por el escenario. Inventó coreografías realizadas enteramente sin música a la vez que se liberaba de las ataduras del espacio, que en vez de envolver y atrapar al bailarín, se convertía en una proyección de su propio movimiento.




Nikolais establece el concepto de “la danza como arte del movimiento”. El teatro-danza es el mensaje y a la vez el medio. El teatro se convierte en una especie de mecanismo de exploración interna para los artistas y la danza a su vez, en el medio de expresión de toda esa dimensión interior, de toda la comunicación no verbal del “yo” más profundo, de la expresión más visceral. Aunque el contenido de las clases de Nikolais evolucionaban de forma natural, sus sesiones de trabajo se centraban en los principios del movimiento, fundamento necesario para la producción de sus coreografías. Necesitaba de bailarines descentralizados, desvinculados, dispersos, esparcidos. Precisaba de bailarines cuyo enfoque podría no estar en sus valores personales sino en el movimiento puro y duro.

Por otro lado, el uso de luces, diapositivas, proyecciones, música electrónica y la aparición constante de accesorios y materiales raros (como el yeso) con propósitos estéticos, crean ambientes propicios para la danza y su interacción con los bailarines. Toda esta puesta en escena provoca que algunos de los más renombrados críticos le acrediten la paternidad del ‘teatro multimedia moderno’. Hay que decir también que la obra del coreógrafo despertaba cierta antipatía en el mundo de la danza, porque cubría a sus bailarines con plásticos, telas y demás objetos. A pesar de aquella ola de animadversión que generaban sus propuestas en los circuitos más conservadores, Nikolais insistía en la idea de alejarse del mundo interno de los artistas para centrarse en la acción de grupo propiamente dicha. Evitaba lugares comunes y todos aquellos temas trillados del mundo del arte, como el bien contra el mal, el amor sobre el odio y esas cosas. Rompe con la tradición establecida y decide que es el movimiento el componente principal de sus obras; convierte al bailarín en un elemento más sobre el escenario. Desprecia tajantemente la obsesión de la danza moderna por el “yoismo”. El bailarín deja de ser el centro de la obra. Revolución a la vista.

Toda esta avalancha de cambios trae consigo una nueva forma de ver y escuchar danza moderna. Nikolais se da cuenta muy pronto que la música en general es poco o nada adecuada para sus espectáculos visuales. 


Fuente:

GRANDES ARTISTAS DE LA DANZA DE LOS ÚLTIMOS 200 AÑOS. Parte III





Doris Humphrey
(1895 - 1958)

Bailarina, coreógrafa, directora y leyenda de la danza del s. XX


Fue Doris Humphrey destacada figura de la incipiente danza contemporánea que emergía en la época que le tocó vivir. Alumna de Ruth St. Denis y Ted Swan, emblemáticas personalidades de la danza, junto a ellos se formó y bailó posteriormente en la compañía que dirigían, empapándose de una danza que olía a innovación y ruptura. Posteriormente, y junto a Charles Weidman, que fue alumno suyo con anterioridad, fundó su propia agrupación en Nueva York con la que estrenó más de una docena de montajes. Entre ellos figuran Water study, The call, Breath of fire y Race of life. Creó también Doris Humphrey para otras agrupaciones. Entre ellas se encuentra la dirigida por José Limón donde Humphrey asumió además la dirección artística invitada por su fundador. Era 1946 y la bailarina y coreógrafa llevaba unos años retirada de los escenarios por problemas de salud. En la compañía de José Limón, donde Humphrey permaneció durante 11 años, estrenó montajes como Corybantic, Deeo rythm y Ruins and visions. A Doris Humphrey también hay que atribuirle la fundación del Julliard Dance Theatre, ballet adscrito a la Julliard School de Nueva York.

Doris promueve la búsqueda y el estudio de la Coreografía. Es autora del famoso libro "El Arte de Crear Danzas”en el cual da valiosísimos y preciosos consejos a los jóvenes bailarines y estudiantes que deseen convertirse en coreógrafos.

Considera el Arte de la Coreografía como una actividad artesanal que debe desarrollarse como un trabajo de laboratorio.

Considera la Danza como una voz autónoma que debe dialogar y a veces contradecir a la música.




Su técnica como filosofía
Para el Ballet o Danza Clásica la lógica es muchos estilos y una sola técnica. Para la danza moderna, la lógica es muchas técnicas, lenguajes motivados, resultados de una “filosofía” de la Danza que en cada creador digno de gran nombre, se determina como un sistema de pensamiento hecho técnica, la cual origina, desarrolla, se perfecciona, se hace objetiva y comunicable.

Aquí se vence el preconcepto que los grandes lenguajes de la danza moderna no son “libres” y “aproximados”. En su autenticidad son verificables como sistemas lógicos.

La Conexión de Doris con la Filosofía de Nietzsche y el origen de la poética –dramática de los fundamentos de la Técnica Humphrey: Fall –Recovery (caída y Recuperación), motivación extrema de dualismos: Equilibrio-Desequilibrio; Muerte Estática/Muerte Dinámica, que viajan de la pura metáfora Excitación-Reposo; Peligro-Paz; conectados a la dicotomía de Nietzsche entre lo Dionisiaco y lo Apolíneo, al análisis de la mecánica del cuerpo.



¿Que drama podría ser mayor que aquel de caer? Caer de la seguridad del equilibrio perfecto, caer de un estado de gracia, caer enamorado.


En el caer de la simetría apolínea, el Hombre experimenta la ebriedad del abandono, prueba el placer de la “Zona de peligro” donde el éxtasis dionisiaco se acerca a la muerte.
Estar de pie como experiencia fundamental de la Danza podría parecer inmovilidad, pero esta inmovilidad tiene un potencial de movimiento ilimitado.

Reconocer la realidad era una premisa vacilar de la Danza Moderna. Tener raíces significa tener poder. Tener raíces significa tener identidad.




Su técnica como teoría
La inspiración de la Teoría de Movimiento de Doris viene de acciones fundamentales como respirar, estar de pie, caminar, correr, saltar, elevarse y caer. Si bien parecen acciones simples, estos movimientos naturales contienen el eterno drama de la batalla del Hombre por obtener control de si mismo y de su propio ambiente físico.

Toda acción es seguida de una reacción y que la fuerza se opone a la fuerza.



Los movimientos naturales del cuerpo humano son prueba de la habilidad del Hombre de sobrevivir en un mundo dominado por la fuerza de gravedad, que a veces es su amiga y a veces su enemiga.



La fuerza de gravedad se impone sobre cada movimiento.



La técnica es una continua exploración del movimiento como experiencia fisiológica y psicológica.



Los principios del Movimiento sobre los cuales se basa esta técnica son: caída y recuperación, movimientos de sucesión, ritmos de respiración, oposición, y desplazamientos del peso, análisis del Ritmo Dinámica (caudal de energía al realizar un Movimiento), y Diseño del Movimiento. El estilo de esta danza es en su esencia lírica. Esto muestra el poder innato del espíritu humano de triunfar sobre las fuerzas adversas. 

Hacer una reflexión poética sobre el drama de la vida.

La aproximación científica se funde con aquella humanística y donde cada definición, cada dogma cada precepto metodológico se identifica con la propia motivación estético-filosófica: condición implícita en su misma existencia.

¿En que consiste la Técnica Humphrey? Este sistema desarrolla el sentido de unión entre el cuerpo y espíritu. Se hace uso de la gravedad como una fuerza, pareciendo así que el cuerpo trasciende las leyes de gravedad. 



Se trabaja intensamente la respiración. El principio fundamental es el ‘arco entre dos muertes’ llamado así por Doris Humphrey, nombrándose así la trayectoria del movimiento entre los momentos de suspensión y el que el cuerpo cae a la tierra.











Fuente:




Lucinda Childs
(1940)

Bailarina, coreógrafa, profesora y directora estadounidense, nacida en Nueva York en 1940.

Comenzó a bailar a los seis años y a los quince ingresó en la Escuela de Hanya Holmy completó su formación en los cursos de verano de la Universidad de Colorado. También fue alumna del American Ballet Center y de Merce Cunningham, con quien formó pareja artística. Se unió en 1963 al Judson Dance Theatre, durante su permanencia en dicha agrupación se inició como coreógrafa con la creación de algunos solos. Su labor creadora se ha caracterizado por el empleo de secuencias repetidas, moduladas con sutiles cambios y complicados diseños geométricos.




Entre sus coreografías destacan: Street Dance (1964), Carnation (1964), Untitled Trio (1968), Duplicate Suite (1975), A Particular Real (1976), Einstein on the Beach (Glass, 1976), estrenada en el Festival de Avignon y realizada en colaboración con el actor de teatro Robert Wilson, Dance (Glass, 1979), presentada en el Festival de Burdeos, Available Light (1983), Calyx (Witt, 1987) y Hammerklavier (Eggert, 1996) para el Bayerisches Staatsballett.

Ha llevado a cabo montajes para el Groupe de Recherche Corégraphique y para su propia compañía, Lucinda Child's Company, con la que participó en el VII Festival Internacional de las Artes de Melbourne (1992).





Fuente:

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=childs-lucinda








Trisha Brown

(1936)

Bailarina, coreógrafa y directora de ballet estadounidense, nacida en Aberdeen en 1936. Amante de todo tipo de deportes desde la niñez, Brown inició los estudios de danza a los trece años, tuvo la oportunidad de ampliarlos en el Mills College de California así como en los cursos de verano del Connecticut College en los años 1955 y 1959.





Debutó en la compañía de Ann Halprin en 1960; aunque interesada siempre en perfeccionar su técnica, continuó sus estudios con Merce Cunningham en Nueva York. Comenzó a coreografiar para el Judson Church Dance Theatre organizado en 1962 por Robert Dunn, donde creó Lightfall (1963). Aunque ha realizado trabajos para otras compañías, su principal actividad creadora está orientada hacia la Trisha Brown Dance Company, que dirige desde 1971. Entre sus coreografías destacan: Planes (Forti, 1968), Falling Duet (1968), Sky Map (1969), Man Walking Down the Side of a Building (1969) y Walking on the Wall (1971), donde los bailarines se desplazaban por las paredes mediante un sistema de cuerdas y poleas, Accumulation (1971), Rummage Sale and the Floor of the Forest (1971), Falling Duet II (1971), Roof (1971), Group Accumulation (1973), Roof of Fire Piece (1973), Drift (1974), Pamplona Stones (1975), Pyramid (1975), Primary Accumulation with Talking Plus Water Motor (1979), un monólogo en forma de autobiografía, Glacial Decoy (1979), Set and Reset (1983), con música de Laurie Anderson realizada después de creada la coreografía, Newark (1987) para el Centre National de Danse Contemporain de Angers, Astral Convertible (Landry, 1989) con diseños de Rauschenberg, Foray Foret (1990), For M.G. (Curran, 1991), Lateral Pass (Zummo, 1993), Long and Dream (1994), M.O. (Bach, 1995), el solo If You Could See Me (1995), Twelve Ton Rose (Webern, 1996) estrenada en el Next Wave Festival de la Academia de Música de Brooklyn, Homemade (1996) y Canto/Pianto (Monteverdi y música electrónica, 1997) para el New York City Ballet.


Bailó junto a Mikhail Baryshnikov el dúo You Can See Us en el Festival de Montpellier de 1995, una transformación del solo If You Could See Me, en el que Brown pasa todo el tiempo de espaldas al público. Ha recibido, entre otros galardones, dos Premios Guggenheim.





Trisha es conocida como bailarina y como una coreógrafa visionaria que ha influido en la concepción contemporánea del ballet. Se le suele calificar como una artista posmoderna. Un día le dieron una escoba, le pidieron que improvisara, y ella simuló que volaba por todo el escenario. La bailarina se dio cuenta, después, de que había desafiado la gravedad. Y esta rebelión improvisada contra las leyes físicas del escenario marcará sus coreografías posteriores. Cuenta esta historia Carolyn Lucas, directora artística de Trisha Brown Dance Company, la compañía de danza que Trisha fundó en 1970 y a la que se dedica desde entonces. Lucas lleva más de treinta años junto a ella, es su persona de confianza, su voz y la continuadora de su labor.




REVOLUCIÓN EN LA DANZA
Trisha Brown es una prolífica coreógrafa, directora artística, bailarina y pintora que se ha convertido en una de las grandes referencias de la danza posmoderna. Sus investigaciones del movimiento físico en los años 60 retaron las percepciones que existían sobre la performance y su trabajo ha supuesto una revolución de la danza contemporánea, cambiándola para siempre.
Su obra y creaciones giran en torno a la búsqueda del puro movimiento (neutro, libre de asociaciones, finalidad o pantomima), y lo que empieza como una simple regla se va transformando en secuencias más complejas, convirtiendo el cuerpo humano en una escultura cinética que se mueve a través de un espacio al que, además, se va adaptando.



Fuente:




 Bill T. Jones
(1951) 

Bill T. Jones o la danza en los tiempos del sida

A primera vista lo que llama la atención de Bill T. Jones es su imponente presencia física, una mezcla llamativa de fuerza y lirismo, rostro esculpido, mirada potente. Pero más impresionante aún es la tenacidad que muestra cuando habla de su visión artística.

Bailarín y coreógrafo americano, nacido en Bunnell (Florida) el 15 de febrero de 1952.
Comenzó los estudios de danza la ciudad de Birmingham a la que regresó, tras unos años en Amsterdam, para fundar allí el American Dance Asylum en 1973. 

Realizó sus primeros trabajos en solitario, entre ellos Shared Distance (1982) y Twenty-One (1983), aunque pronto se asoció al bailarín y coreógrafo Arnie Zane para formar la compañía Bill T. Jones/Arnie Zane Dance Company en 1982, y que Jones ha mantenido en activo tras la muerte de su compañero en 1988. Para ella ha coreografiado: Secret Pastures (1984), D-Man in the Waters (Mendelssohn, 1989), Last Supper at Uncle's Tom Cabin (The Julius Hemphill Sax Quartet, 1990) estrenada en la Academia de Música de Brooklyn, Perfect Courage (1990), The Promised Land (1990), Love Defined (1992) repuesta dos años más tarde para el Ballet de la Ópera de Lyon, The War Between the States (1993), Cséte (Goodheart y Lansky, 1993), There Were so Many (Cage, 1994), Still/Here (Frizelle y Reid, 1994) estrenada con motivo de la VI Biennale Internationale de la Danse de Lyon, Ursonate (varios, 1996) coreografiada junto a Darla Villani, Sur la Place (Brel, 1996), estrenada en el Festival d'Avignon, y We Set Out Early...Visibility was Poor (Stravinsky y Vasks, 1997). 



Desde enero de 1994 es coreógrafo residente del Ballet de la Ópera de Lyon. Para esta compañía ha creado: Movie Songs (1995), 24 Images/Seconde (Oswald, 1995) y Green and Blue (Mozart, 1997). Además, ha dirigido óperas modernas y comedias musicales. Es autor del libro autobiográfico Last Night on Earth (1995), realizado con la ayuda de la escritora Peggy Gillespie.

Ha sido distinguido con el Premio Artistas Creativos de coreografía (1979), Becas coreográficas del National Endowment for the Arts (NEA) (1980 y 1982), el Premio Bessie de danza (1989) por la coreografía D-Man in the Waters, el Premio Izzy (1990) por la coreografía Perfect Courage. Recibió el Premio de las Artes Escénicas Dorothy B. Chandler (1991), el Premio Dance Magazine (1993) y la Beca MacArthur (1994). En 1996 le fue otorgado el Doctorado Honoris Causa por el Bard College (1996).





De su trabajo destaca su intensidad y rigor, además de lo diversos y versátiles que resultan sus bailarines. “Todo artista tiene que identificar lo que hace, que la disciplina a la que se dedica sea lo que es y no otra cosa. La danza está basada en el cuerpo, donde la experiencia física se examina de la manera más lírica y profunda posible. Los cuerpos representan ese camino de investigación”.

Pero la danza de Jones se mueve en campos diversos, le interesa tanto los aspectos formales de ésta como su dimensión social, interesándose por asuntos políticos y filosóficos.

 “Como artista tengo necesidad de participar en el mundo de las ideas, tanto históricas, como espirituales y estéticas. Como creador soy un caldero de sentimientos y conjeturas y lo máximo que puedo hacer es entregarme a la investigación diaria de la danza con la esperanza de mostrar algo mis ideas y sentimientos”, afirma Jones.

Sus coreografías no pretenden situar el baile en una torre de marfil para disfrute de los iniciados, sino que intentan imbricarse en la realidad cotidiana y tratar los temas que están en el aire y que preocupan a su creador. A veces, Jones cae en un cierto esquematismo panfletario-conceptual ligeramente burdo, (como en el caso del monólogo de su pieza en solitario Night on earth), pero por lo general consigue un balance excelente entre lo que quiere decir y el medio que ha elegido para hacerlo; medio que, como cualquier otra área creativa, tiene sus reglas.

En cualquier caso, Jones no practica una danza para enterados, sino que pone su cuerpo al servicio de un espectáculo que puede ser comprendido y disfrutado por cualquiera que esté dispuesto a hacer el esfuerzo de dejarse involucrar en una forma de arte inevitablemente abstracta.
Bill T. Jones se expresa con gran claridad y un lenguaje que roza lo poético. Cuesta traducir sus palabras cargadas de matices. “Me siento comprometido con la investigación de una forma apasionada. Como bailarín siento que mi cuerpo contiene información, bailo y sé que proceso lo que estoy pensando y experimentando. Para mí este proceso tiene algo de redención. A veces lo máximo que puedes hacer es pararte y crear un movimiento puro o ponerte a cantar”. 



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Carolyn Carlson
(1943)

Es una de las grandes damas de la danza contemporánea. Norteamericana afincada en Paris, Carolyn Carlson fue alumna y musa del coreógrafo Alwin Nikolais, del que aprendió a valorar la intuición y la improvisación como motores del arte. 

La danza contemporánea europea aún guarda un pequeño puñado de figuras únicas. Son creadores e intérpretes con una solvencia artística intachable, un perfil definido pero no congelado, inconfundibles en escena. No crean escuelas, necesariamente, pero marcan a los bailarines con quienes colaboran. Carolyn Carlson es una de estas artistas. La coreógrafa, conocida tanto por sus sugerentes creaciones y sus impresionantes trabajos en solitario, nació en Califonia y luego se marchó, como buena parte de los bailarines estadounidenses, a Nueva York, donde fue musa durante siete años del magistral coreógrafo norteamericano Alwin Nikolais. 


Musa de Alwin Nikolais


Hablamos de Nikolais, el emblemático coreógrafo estadounidense cuyos conceptos sobre el espacio, la forma, la energía y el tiempo fueron rompedores y le llevaron a responsabilizarse durante medio siglo de todos los aspectos de sus creaciones: coreografía, música, iluminación, escenografía y vestuario. “Creo que Nikolais fue el gran maestro del siglo XX. Todavía utilizo las bases de su técnica, de su trabajo con la composición y la improvisación cuando imparto mis clases”, dice Carlson. “Nos dio herramientas para imaginar y soñar el tiempo, el espacio y el movimiento. Dejó que cada persona desarrollase su propio trabajo. Creo que lo más importante de su mensaje es que la forma está al servicio de la idea. La forma convierte la intención en realidad”.


Pero antes que hippie o mística, poeta o pintora, Carolyn ha sido, es y seguirá siendo mujer de danza. La ha bailado, coreografiado, enseñado, divulgado, protegido y vivido durante las últimas cuatro décadas. Y a pesar de que ha formado parte de su historia, ayudándola en su cruce desde Estados Unidos a Europa y ahora en su paso del siglo XX al XXI, sigue refiriéndose a ella, a la danza moderna, con un respeto y devoción iguales a los que la beata profesa a su Dios. Fue jovencita inquieta Carolyn Carlson. Salió de Oakland queriendo ser prima ballerina, estrenándose con el San Francisco Ballet, pero ser cisne trémulo o doncella en cautiverio no parecía en sintonía con sus intereses que más que en el castillo encantado por la bruja estaban en la efervescencia de la calle durante aquellos años locos de rebeldía, Vietnam, las drogas y la conexión con el cosmos.

Carolyn Carlson pudo perfectamente desarrollar su carrera en Estados Unidos. Después de todo bailaba para Nikolais, que brilló como estrella durante los años que pasó con él, desde 1965 hasta 1971, justo cuando estallaba la efervescencia de la nueva danza en aquel Nueva York de los artistas. Era un momento perfecto para que una bailarina y aspirante a coreógrafa inquieta y creativa como ella accediera al sueño americano. Pero se vino a Europa. Quizá sea su espíritu aventurero, a lo mejor tenga que ver el hecho de que sus padres sean finlandeses o la influencia de su espiritualidad y su creencia en la predeterminación, pero lo cierto es que desde el otro lado del océano ella creía oír la voz de este continente reclamándola. "Estuve con Nikolais mucho tiempo actuando en París y todavía recuerdo perfectamente un día en el que venía caminando con John Davies, el diseñador de luces de la compañía, y le dije convencida: 'John es aquí donde quiero venir, siento que aquí es donde debería trabajar'. No lo puedo explicar, pero ya sabía que era mi destino".



Carolyn suele definir su obra como una tragedia espiritual. En sus obras resuena el misticismo y la cosmogonía, pero también, como amante de la espiritualidad budista, reconoce que su creación está atravesada por la vivencia del presente de cada momento. Entre lo ordinario y lo extraordinario de la vida se genera su creación. Durante cuatro décadas se ha sumergido en el ejercicio riguroso de la interpretación, la creación y la formación de la danza.




En alguna entrevista dice Carolyn:
En un mundo de ruidos como el nuestro, ¿qué aporta la danza?
-El silencio para percibir la energía como una fuerza poética, y una intuición y una imaginación para abrir las puertas de lo inefable,para conmover al otro.
-¿Qué reacción busca, qué quiere provocar en el espectador?
-Quiero devolver al público su memoria: que recuerden que ellos también pueden crear su propia visión, que sepan que es posible un estado de aventura mística.
-¿De qué nos salva la cultura?
-Nos da la libertad de ser como somos y nos hace las preguntas esenciales que plantea el hecho de ser parte del engranaje universal.


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